Desafíos del sistema previsional
- T+
- T-
Enrique Manzur
En Chile han surgido fuertes críticas al sistema previsional. Entre ellas, destacan las bajas tasas de reemplazo (porcentaje de la pensión obtenida en comparación a la remuneración al momento de pensionarse) y el relativo alto costo de las comisiones, las que en promedio representan un 15% de la cotización mensual.
Una de las principales deficiencias y que se discute poco ha sido el bajo nivel de involucramiento mostrado por los cotizantes al elegir y/o cambiarse de AFP. Uno de los supuestos fundamentales del sistema es que los afiliados busquen activamente aquella institución que les diera la mejor rentabilidad y servicio dado un nivel de costo, de esta manera las AFP competirían por atraer a los cotizantes en base a dichas variables. Sin embargo, la evidencia muestra que los trabajadores han sido bastante más pasivos de lo esperado, de hecho menos del 10% conoce el monto de la comisión que se le cobra y las principales razones para cambiarse de AFP no son la rentabilidad o el servicio, sino la capacidad persuasiva del vendedor.
Esta conducta desaprensiva se explicaría porque el cotizante ve su ahorro previsional como algo lejano, que no le pertenece, lo que se ve reforzado porque en Chile los trabajadores centran su atención en el sueldo líquido, por lo que todos los descuentos aplicados a su sueldo bruto no son considerados como parte de su remuneración. Imagine el cambio de conducta que se produciría en las personas si se les entregase su sueldo bruto y fuese su responsabilidad y obligación el tener que realizar los pagos de cotización correspondientes. Este cambio de forma en la manera en que se procesan las remuneraciones, aumentaría significativamente el interés y conocimiento sobre la rentabilidad del fondo y las comisiones cobradas, las que sorprendentemente varían en 300% entre las distintas AFP. Todo lo anterior aumentaría considerablemente la competitividad y eficiencia global del sistema.
Otro aspecto relevante son los cambios demográficos, de acuerdo al Censo 2012 la expectativa de vida al nacer de los chilenos subió a 78,5 años, un aumento de seis años en dos décadas. Sin embargo, es importante no confundir la esperanza de vida al nacer con el valor que se utiliza para calcular la pensión y que corresponde a la expectativa de vida al momento de pensionarse. Por ejemplo, un hombre de 65 años se espera que viva en promedio hasta los 84,5, por lo que su ahorro previsional debe financiar casi 20 años y en el caso de las mujeres es casi 30 años. Lo anterior ha llevado a que la superintendencia plantee la idea de subir la edad de jubilación; en esta línea la revista The Economist dedicó un número especial en 2011 al tema, con la sugerente portada: “70 or bust!”.
Por último, volver a un sistema de reparto se ha vuelto inviable debido a la sistemática reducción en las tasas de natalidad y el consecuente aumento del ratio pasivo/activo. Por lo tanto, es urgente avanzar en la promoción de una mayor eficiencia, transparencia y competencia en el actual sistema.